lunes, 27 de febrero de 2012

pinchazos

pues si, he pinchado una rueda de mi fantástico y amado monovolumen, la certeza  ha ocurrido cuando el ordenador de a bordo me lo ha dicho a gritos, porque ya sabéis que mi coche no pita, grita despavorido y enciende luces rojas (que otra cosa no pero alarmar  alarman un rato) que te dan ganas de abandonar el vehículo como si fuera a autodestruirse en 10 segundos.
Gracias a esas señales tan tranquilizadoras, a mi me entra un estado de ansiedad absoluto porque me invade el terror al pensar que debo ponerme a cambiar la rueda, ¿alguien piensa que unos tornillos que aprieta un operario con una pistola voy a ser yo capaz de desenroscarlos con mi portentosa fuerza? y ¿qué me decís del gato?! si hay que hacer un master en ingeniería mecánica solo para saber donde hay que colocarlo!.
Aún con todos los pitidos y chillidos de mi coche, he tenido  suerte y  la rueda se iba deshinchando poco a poco por lo que me ha dado tiempo a llegar a un taller cercano, donde un operario con pistola desenroscadora y gato mecánico ha solucionado mi problema en un pis-pas.
Si, lo reconozco , no se cambiar las ruedas de mi coche, mi primer coche era un supercinco que era como una caja de zapatos con ruedas y  a ese daba igual donde le pusieras el gato porque levantabas todo el coche y siempre paraba alguien que te desenroscaba los tornillos, pero a día de hoy no me fió, el coche es más grande y yo ya no tengo 20 años, así que se me habría hecho de noche y mis tornillos seguirían en la rueda. besos recauchutados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario