Recibí una carta, me citaban en el instituto de empleo de mi región y lo hacía el departamento de orientación, además de curiosidad es obligatorio acudir si cobras prestación, así que allí estaba yo para ver lo que mi orientadora me proponía, ¿estudios? - licenciada superior - ¿cuantos años de experiencia? - 22 años ( ahí es nada) - ¿informática? - cursos de todos lo programas ( me falta el acces pero ese tampoco lo tenían ellos) - ¿idiomas? - mira eso me vendría muy bien quiero aprender ingles - pues va a ser que no tenemos cursos de idiomas - vaya ¿entonces hay algún curso de formación que yo pueda hacer? - lo siento usted está ya todo lo formada que puede estar solo me queda desearle mucha suerte - gracias reina, a ti también y que no te recorten.
Sales con un desazón considerable y planteándote el futuro, pero la verdad es que esto no es como en las películas, no se te enciende ninguna luz en la que ves claro que hacer, más bien se te hace un nudo el cerebro alucinante y la salida se ve difusa pero yo sigo escurriéndolo a ver si hay suerte y se me enciende la bombilla que indique la salida del túnel.
Todavía me queda mucho por aprender y he solicitado plaza en la escuela oficial de idiomas, empezaré por lo básico, por supuesto en la enseñanza pública porque yo soy un producto de la pública, donde profesores muy capacitados fueron capaces de quitarme la capa de lodo que traía de la enseñanza concertada y sacarle brillo a ese pobre cerebro que me tocó en suerte, y donde pude estudiar porque mi familia, harta de trabajar, podía permitirse el lujo de pagar mi matrícula en la universidad, porque con mi hijo he tenido la misma experiencia y no tengo más que agradecimientos hacia esos profesores que a pesar de la que les está cayendo siguen preocupandose por sus alumnos, así que reivindico una enseñanza pública, gratuita y de calidad para todos, como la que yo tuve, otra cosa es como me han ido las cosas a pesar de ello, pero esa es otra historia. besos reivindicativos.
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