miércoles, 3 de abril de 2013

odio el dentista

No odio a mi dentista en particular (que por cierto es muy majo y ya casi como de la familia, que  son muchos años los que nos conocemos), odio a la profesión de dentista en general, me comprenderéis mejor si os digo que  llevo desde los 8 años visitando al dentista periódicamente, una ortodoncia que me amargo la adolescencia y no solucionó nada, y muchos años de efectos secundarios, llantos y dolores "gracias" a ellos. 
Dicho todo esto os estaréis preguntando que dolor de muelas me ha dado para hacer esta oda de odio a una profesión entera. Pues es fácil, los adolescentes y yo, aprovechando las vacaciones escolares ( aquí todavía tenemos una semana más de fiestas de primavera), hemos ido a nuestra revisión anual.
El adolescente  se ha librado con un poco de taladro y un sellado de muela sin anestesia ni nada , el preadolescente a pesar de su " apiñamiento "  va como debe ir , pero menda, esta que escribe ha caído en las garras de ese sillón que se tumba y te retiene sin que puedas hacer nada, una caries en la única muela del juicio que me sobrevive (ya decía yo que cada vez estaba más alocada y poco juiciosa),  ha roto el buen ambiente reinante y la charla distendida sobre lo que habían crecido los adolescentes  desde la visita del año anterior,  de pronto  la temida frase de ese profesional tan odiado  llega: "tengo que reparar eso o te tengo que extraer la pieza".
¿Qué haces? pues aparte de abrir mucho los ojos con carita de gatito abandonado pidiendo que por dios no te duela mucho, llorar en silencio y para adentro para que los adolescentes no se den cuenta , porque tu llevas todo el año diciendo que son unos guarros, que no se lavan bien los dientes y que verán cuando vayamos al dentista,muchas amenazas, pero ellos se van de rositas y tu con un pedazo de caries horadando tu dentadura y tu autoestima.
Pero eso no es lo peor, aprovechando la anestesia solucionamos esos problemas de sensibilidad que una ya va teniendo, si, lo habéis adivinado , por la edad, encima de sensible y agujereada estoy vieja, mi amor hacia este hombre se va incrementando  por momentos, como siga hablando va a comprobar que mis dientes son sensibles pero muerden que no veas.
Afortunadamente todo llega a su fin incluidos los malos momentos y sensibilidad en la boca puede que ya no tenga, pero la cuenta corriente se ha quedado tan "sensible" que llora amargamente, y no se calma porque tengo otra cita el  próximo martes. besos con la boca pequeña por dolor de muelas trasteadas y horadadas. 

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